La infancia en una ciudad de las afueras de Barcelona, la madurez en una ciudad alemana: un emocionante e irónico relato de iniciación en forma de memorias literarias.
Este libro es una invitación a redescubrir esas enseñanzas y aplicarlas a nuestra vida cotidiana. Porque, ¿quién mejor que los grandes pensadores grecolatinos para guiarnos en nuestro camino hacia una vida plena y equilibrada?
La vida es compleja, llena de desafíos e incertidumbres, con situaciones muy dolorosas y complicadas, pero también con momentos de alegría y belleza. Los clásicos grecolatinos nos invitan a encontrar esa belleza en lo cotidiano, a vivir plenamente y a aprovechar el día, como nos recuerda el famoso carpe diem de Horacio.
La premiada e inimitable Elizabeth Strout regresa al pueblo de Crosby, Maine, y a su querido elenco de personajes con sus amores posibles e imposibles, para enfrentarse a la pregunta: "¿Que sentido tiene la vida de cualquiera?".
La crítica ha dicho:"No es casualidad que Strout haya sido comparada con Hemingway. En muchos sentidos, lo supera".Publishers Weekly
Un jardín es un refugio ideal para huir del ajetreo del mundo y conectar con la naturaleza. Sin embargo, sabemos muy poco sobre los verdaderos beneficios de la jardinería. Investigaciones recientes demuestran que, cuando la practican, los presos tienen menos probabilidades de reincidir, los jóvenes en riesgo de exclusión tienden a perseverar en el sistema educativo y los ancianos viven más y mejor.
Repleto de curiosidades científicas y emocionantes historias humanas, La mente bien ajardinada es una poderosa combinación de neurociencia, literatura, historia y psicoanálisis que indaga en el secreto que muchos jardineros conocen desde siempre: el contacto con la naturaleza puede transformar radicalmente nuestra salud y nuestra autoestima.
Sue Stuart-Smith, distinguida psiquiatra, apasionada jardinera y brillante narradora, entreteje ejemplos como el papel clave de la horticultura para su abuelo tras la Primera Guerra Mundial, la obsesión de Freud por las flores y curiosas historias clínicas de sus propios pacientes. Con todo ello, nos convence de hasta que punto puede influirnos la conexió
Un escritor de novela juvenil recibe un día, de parte de un amigo, un manuscrito hallado en una casa de campo donde residió, durante años, un ingeniero. Enseguida el texto despierta la curiosidad y la imaginación, pues todo en él parece tocado por el misterio. ¿Quién es realmente el autor o la autora de ese manuscrito? ¿Qué vínculos debía de tener con el propietario de la casa? ¿Es cierto todo lo que se cuenta sobre la historia de una familia? ¿Y dónde reside el valor literario de esa narración?
Esta novela es en verdad un juego de espejos donde los narradores se multiplican mientras la voz que guía el manuscrito parece deslizarse entre ellos, grácil e inasible. Es también un homenaje a la ficción; una poética en la que, con un dominio extraordinario de la prosa y la psicología de los personajes, Soledad Puértolas ordena el caos y lo convierte en armonía.
«Es una escritora que encuentra siempre su tono, su ser, su plenitud literaria en la sugerencia reveladora, en la omisión elocuente, en los puntos suspensivos» (Iñaki Ezkerra, Las Provincias).
«Su manera de entender la ficción no ambiciona cambios estéticos o arriesgadas apuestas estilísticas, sino absorber la complejidad de lo real de manera tal que la realidad creada resulte fácil de reconocer y, sobre todo, en ella sea fácil reconocerse» (Pilar Castro, El Mundo).
«Es una voz que refleja un mundo costumbrista, en nada diferente al de cualquiera de la mayoría de sus lectores; el mundo de la cotidianidad aceptada,
podríamos llamarlo, incluso de la cotidianidad orgullosamente aceptada. Al final, sin embargo, una brecha se abre en ese mundo que desde fuera parecía tan coherente y estable» (Santiago Rodríguez Guerrero-Strachan, El Norte de Castilla).
«La autora depura el lenguaje con maestría, en la línea de Chéjov y Alice Munro» (Ovidio Parades).
"Tal es el gran misterio al que nos enfrentamos", afirma Arsuaga en este libro en el que el sapiens y el neandertal afrontan el mayor desafío de su proyecto en común, el más complejo, el que supone abrir una puerta a lo ignorado. Vivimos con la paradoja de que, pese a los avances de la neurociencia en los últimos años, el cerebro, que rige nuestra conexión con el mundo, continúa siendo el gran desconocido.
La identidad, la inteligencia la natural y la artificial y la memoria, así como las condiciones para que saltara la chispa y surgiera la conciencia que nos distingue a los humanos del resto de las especies constituyen las tramas de este libro, todas ellas atravesadas por la sabiduría y el humor, y por el eje narrativo de la singular relación entre el científico y el novelista.
¿Crees que estamos ante el apocalipsis de las máquinas? ¿Eres de los que ceden sus datos con total alegría? ¿Temes por tu trabajo y por tu seguridad en este futuro inmediato o piensas que este es el inicio de una nueva manera de trabajar para todos? ¿Crees que la inteligencia artificial puede superar a la natural o quizá piensas que son complementarias?
Vidas futuras ofrece una visión realista sobre la inteligencia artificial y su impacto social. Por supuesto que la IA supondrá un reto etico y económico, pero tambien tiene un potencial inmenso para mejorar temas fundamentales como el trabajo, la salud o la educación.
Cristina Aranda, lingüista de formación, se ha convertido contra todo pronóstico en una de las mentes más brillantes de nuestro país en el ámbito de la tecnología, y explica en este libro con claridad y sentido del humor cómo podemos controlar y dirigir la IA para que sirva a los intereses de las personas.
«Una apuesta apasionada e intimista que nos acerca a dos mujeres excepcionales». Del acta del Jurado del Premio de Novela Café Gijón
Una tarde de otoño de 1941, al llegar a la gélida y desolada Chístopol, Anna Ajmátova tiene noticia de que Marina Tsvietáieva se ha suicidado.
Veinte años después, antes de que llegue el olvido, Anna romperá su silencio escribiendo una larga carta para Marina, en la que le habla de la infancia, los hijos, los matrimonios infelices, los amantes y amigos, la pasión común por la poesía, las guerras, la revolución y sus derivas, el terror y la muerte bajo el yugo estalinista. Quiere así completar y revivir el único encuentro que ambas mantuvieron aquel mismo verano en Moscú, cuando Marina regresó de su exilio.
Con el conocimiento profundo de la obra de ambas autoras, que resuena en estas páginas, y de su época, Ana Rodríguez Fischer nos sitúa en una etapa crucial de la historia de Rusia y de Europa y devuelve la vida a dos mujeres excepcionales y a quienes fueron sus amigos: Blok, Mandelstam, Pasternak, Bulgákov, Maiakovski… Todos ellos ya en las dimensiones del mito. Y lo hace creando una voz de marcado acento lírico, que conjuga la confidencia, la evocación y la elegía.
La novela se convierte así en un viaje mental, luminoso y vibrante, donde Anna Ajmátova imagina otros encuentros con Marina —deseados o soñados, reales e irreales— que restituyen el vuelo del tiempo.
El profesor, que acaba de regresar a Corea después de pasar media vida en Alemania, se encuentra dividido entre dos culturas y dos lenguas. También él afronta pérdidas: su vista empeora irreversiblemente a cada día que pasa, y convive con el miedo de saber que, cuando llegue la ceguera total, perderá toda autonomía.
Con una belleza inusitada, las voces íntimas de estos dos protagonistas se intercalan y se cruzan en un momento de desesperación. ¿Será posible que encuentren en el otro el modo de salvarse, que la oscuridad dé paso a la luz y el silencio a la palabra?
La aclamada autora de La vegetariana indaga en la pérdida, la violencia y la frágil relación de nuestros sentidos con el mundo para brindarnos una carta de amor a la filosofía, la literatura y el lenguaje, pero, sobre todo, a la esencia de la conexión humana y de lo que significa sentirse vivo.
El antropólogo inocente es un texto ciertamente insólito del que se dijo: «Probablemente el libro más divertido que se ha publicado este año. Nigel Barley hace con la antropología lo que Gerald Durrell hizo con la zoología» (David Halloway).
El autor, doctorado en antropología en Oxford, se dedicó durante un par de años al estudio de una tribu poco conocida del Camerún, lo que constituyó su primera experiencia en el trabajo de campo, y casi la última. Nigel Barley se instaló en una choza de barro con la intención de investigar las costumbres y creencias del pueblo dowayo. Conocía la teoría del trabajo de campo, pero, como descubrió enseguida, ésta no tomaba en consideración la escurridiza naturaleza de la sociedad dowayo, que se resistía a amoldarse a norma alguna. En esta crónica del primer año que pasó en África, Nigel Barley tras sobrevivir al aburrimiento y a desastres, enfermedades y hostilidades varias nos ofrece una introducción decididamente irreverente a la vida de un antropólogo social.
Su pequeña aventura veraniega guiará al grupo por un remolino de secretos familiares, recuerdos y ciruelas que, en un intento de devolverle la vida al pueblo, los arrastrará a intentar darle voz a aquellas personas que ya no pueden hacerlo.
Lecciones de química es una novela original y adictiva que desentraña de manera inteligente y entretenida la espinosa cuestión de la igualdad de genero y la necesidad de ser uno mismo.
Las uñas de colores cambian en muchos sentidos la vida de Pepa y la de las mujeres que atienden ese salón, Pasión Nails, donde se forjan unos vínculos inesperados que nos hablan de privilegio, de clase, de género y de generación. Una historia sencilla en el mejor sentido, que sucede aquí y ahora, y que nos descubre un mundo en el barrio de al lado.
Tan construida sobre el desarraigo».
Este es un diario sin instrucciones, una confesión a corazón abierto. El relato de supervivencia de una madre a la que su hija ha declarado la guerra. Un canto al amor filial, pero también al amor propio.