Muzio Clementi (Roma, 24 de enero de 1752 – 10 de marzo de 1832) fue un compositor clásico, y reconocido como el primero que escribió específicamente para piano
En 1770, Clementi se presenta por primera vez en público como pianista. La audiencia estuvo muy impresionada con su ejecución, fue el comienzo en ese entonces de una de las carreras como concertista de piano más exitosas en la historia
Clementi inició un tour europeo en 1781, que le permitió viajar por Francia, Alemania y Austria. En Viena, Clementi convino con José II para entrar en un duelo musical con Wolfgang Amadeus Mozart para entretenimiento del Emperador y sus invitados. Cada ejecutante fue invitado a improvisar y a ejecutar selecciones de sus propias composiciones. La habilidad de ambos compositores y su virtuosismo fue tan grande que el Emperador se vio forzado a declarar un empate.
A partir de 1782, y en los siguientes veinte años Clementi permaneció en Inglaterra tocando el piano, dirigiendo y enseñando. Dos de sus estudiantes alcanzaron un importante renombre: Johann Baptist Cramer y John Field (quien, a su vez, ejerció una gran influencia sobre Frédéric Chopin). Clementi también comenzó la manufactura de pianos, pero en 1807 esta fábrica fue destruida por un incendio. Ese mismo año inició contactos con Ludwig van Beethoven, uno de sus más grandes admiradores, quién le dio los plenos derechos de publicación de toda la música de Beethoven. El nivel alcanzado por Clementi dentro de la historia de la música como editor e intérprete de Ludwig van Beethoven no es ciertamente menor que como compositor. En 1810 Clementi dejó de realizar sus conciertos para dedicarle todo su tiempo a la composición y a la fabricación de pianos. En 1830 se trasladó a las afueras en Lichfield y pasó sus últimos años en Evesham, donde murió a los 80 años de edad. Fue enterrado en la abadía de Westminster.
Clementi compuso alrededor de 110 sonatas para piano. Algunas de las primeras y más sencillas fueron reeditadas como sonatinas después del éxito de su sonatina Op. 36 n° 1, y continúan siendo obras de práctica popular en la educación del aprendizaje del piano. Sus sonatas raramente son tocadas en conciertos públicos, en gran parte porque son consideradas como música educacional sencilla.
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