Antonín Leopold Dvořák fue un compositor checo que nació en
Nelahozeves el 8 de septiembre de 1841 y falleció en Praga el 1 de mayo de
1904, posromántico y nacionalista, uno de los grandes compositores de la
segunda mitad del siglo XIX. Sin perder una amplia proyección internacional,
supo extraer las esencias de la música de su tierra (Bohemia). Sin duda su obra
más célebre es la Sinfonía del Nuevo Mundo.
Vivió en Estados Unidos como director del Conservatorio de
Nueva York . Bajo la influencia de los cantos espirituales de los negros
norteamericanos y de la música popular estadounidense, así como de los ritmos
de los aborígenes norteamericanos, compuso la Sinfonía nº 9 (más conocida como
Sinfonía del Nuevo Mundo), el Quinteto para cuerdas en mi bemol mayor y el
conocido Cuarteto americano. De este período también cabe mencionar su
Concierto para violonchelo y orquesta, que rápidamente se convirtió en una de
las obras más apreciadas para este instrumento solista.
Las dificultades económicas y los lazos familiares le
llevaron de vuelta a Praga en 1895, donde empezó a escribir poemas sinfónicos y
donde vio recompensados sus esfuerzos en el ámbito de la música dramática por
el éxito de la ópera Rusalka (1901). También empezó a enseñar en el
Conservatorio de Praga (donde, entre sus pupilos con más talento, se
encontraban Josef Suk y Vítězslav Novák).
Objeto de honores y premios de todo signo, permaneció
humilde y de gustos sencillos, leal a su nacionalidad checa. Murió en su patria
de una congestión cerebral el 1 de mayo de 1904, contando con 62 años de edad.
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