Independientemente de la religión que profesen o de su
posición, todas las protagonistas --prostitutas y religiosas, reinas y
esclavas, intelectuales y taberneras, curanderas y campesinas-- comparten las
mismas circunstancias: el miedo a ser repudiadas por sus maridos, el temor a
perecer en alguno de los constantes enfrentamientos bélicos de la época y la
frustración provocada por la falta de libertad.
Relegadas a un segundo plano en
lo social y lo artístico, estas mujeres intentan granjearse un poco de
independencia y lograr decidir en sus propias vidas.
Sólo pretenden poder
cultivar un arte sin ser vilipendiadas, consagrarse a un oficio o elegir con
quién casarse.
Algunas lo consiguen, otras son castigadas por su osadía y otras
pagan la rebelión con su vida.
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