viernes, 8 de agosto de 2014

Toledo


Todos los pueblos que han llegado a la Península Ibérica han dejado huella de su cultura en esta ciudad.
Las excavaciones realizadas hablan de una ciudad celtíbera que llegó a ser una importante región carpetana.

 En el año 192 a.C., fue conquistada por las legiones romanas.

La civilización romana la denominó ya como Toletum. Bajo su dominación se construyeron templos, teatros, anfiteatros, circos, murallas y acueducto. Con la desaparición de la Hispania romana, la ciudad fue ocupada por pueblos germánicos.

Conversión de Recaredo
Los visigodos la convertirán en su capital, extendiendo su reino a toda la Península.

 La conversión de su rey Recaredo, en el año 587, y la celebración en ella de los concilios visigóticos iniciaron la vinculación de la ciudad con el cristianismo, que culminarían siglos después con su designación como sede primada de España.



 
Con la llegada de los musulmanes a principios del siglo VIII la ciudad pasa a denominarse Toleitola. A partir de entonces comenzó a fraguarse la tolerancia entre las tres culturas y religiones (judía, musulmana y cristiana).




Las tropas cristianas de Alfonso VI entraron en Toledo el 25 de mayo del año 1085 poniendo fin a la dominación árabe.

Alfonso X el Sabio



Durante el reinado de Alfonso X El Sabio (siglo XIII) se establece la Escuela de Traductores. Transcripciones de textos árabes y judíos y traducciones de obras del pensamiento griego hacen de Toledo centro intelectual europeo, ya que gracias a estas nuevas versiones el mundo occidental tiene acceso al saber musulmán y hebreo y redescubre los clásicos helénicos.





Bajo el amparo económico y la protección de los arzobispos toledanos, eruditos judíos y cristianos mozárabes se encargaron de la traducción de un buen número de obras clásicas, griegas y romanas, escritas por Aristóteles, Ptolomeo e Hipócrates, entre otros, y que llegaron a España en copias manuscritas escritas en lengua árabe.


Cántigas
En el siglo XIV la tranquila convivencia de las tres culturas va desapareciendo poco a poco, la persecución a los judíos y el afán por su cristianización provoca el origen del Tribunal de la Santa Inquisición.




La Corte, itinerante según sus necesidades, se estableció en varias ocasiones en Toledo y durante el reinado de Carlos I, tras la derrota de los comuneros que rechazaban la política imperial, la ciudad se convierte en Sede del Imperio. Toda una época de esplendor hasta que en 1563 Felipe II traslada definitivamente la capital de la Corte a Madrid; es entonces cuando Toledo pierde fuerza política y el privilegio que tenía de la monarquía.

La única institución importante que quedó en la ciudad fue la iglesia.

Comienza en aquel momento una gran decadencia en la que crisis y epidemias se apoderan de la ciudad, la industria desciende y las casas señoriales pasan a ser propiedad de diversas órdenes religiosas. El siglo XVII devolvió un poco de prosperidad a la ciudad con a la Ilustración, que otorgó a la urbe una recuperación económica gracias a la Compañía de Fábricas y Comercio y a la Fábrica de Armas.

Durante el siglo XIX Toledo vive una época de desarrollo con la inauguración del ferrocarril, el suministro de agua y las centrales eléctricas a la ribera del Tajo.
 En la Guerra Civil (1936-1939) queda en zona republicana y Franco realiza el rescate de los sublevados encerrados en el Alcázar, que queda en estado ruinoso.


Declaración de la UNESCO como Ciudad Patrimonio de la Humanidad en 1986.

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