jueves, 1 de enero de 2015

Demonios familiares



Julio del 36. Una pequeña ciudad del centro de España. Eva vuelve a la casa familiar tras la quema del convento donde estaba como novicia. 
Su padre, el Coronel, un hombre conservador y autoritario que siempre ha tratado a su hija con un amor distante, está paralítico desde hace años y dirige sus hacienda desde la silla de ruedas, asistido por Yago, oscuro personaje de grandes secretos.

 En el bosque cercano Eva encuentra el cuerpo malherido de un paracaidista, y ayudada por Yago lo traslada al desván de la vieja casona.”


   Toda la fuerza de la novela reside en Yago, un personaje plenamente matutiano que crece de una forma avasalladora e imparable a lo largo de la novela. Prosa tensa, alucinada y al mismo tiempo asentada en la luminosa diafanidad y transparencia del castellano, según el juicio del prologuista, Pere Gimferrer. “Cada elemento es real, pero no necesariamente realista;…verídico o veraz como una crónica: tiene la verdad de las imágenes simbólicas” .

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