Al tiempo
que pasa de la infancia a la edad adulta en una España en pleno proceso de
apertura tras la Transición, en el interior de Ángel, el protagonista de Derecho
natural, late la imperiosa necesidad de dotar de sentido a las cosas, de
encontrar un orden, dado que su familia ha sido un modelo de inestabilidad y
desorden.
El padre, errático actor de películas de serie B e imitador de Demis
Roussos, tiene una irrefrenable tendencia a la huida. Sus apariciones y
desapariciones estelares dejan huellas invisibles pero indelebles en cada uno
de sus cuatro hijos.
La madre, por su parte, es una mujer enamorada que, harta
de creer en él, tendrá que hacer esfuerzos sobrehumanos para tomar las riendas
de su propia vida en una España que aún no ha despertado del todo del
franquismo. A través de la voz conciliadora de Ángel, que estudiará Derecho y
buscará una reconciliación con el padre, nos asomamos a la Barcelona de los
años setenta y al Madrid de los ochenta.
Derecho
natural recoge
en su título aquellos años en que se empezó a construir un desarrollo
legislativo pleno, en abierta contradicción con el largo tiempo en que no había
coincidencia entre derecho y justicia.
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