viernes, 27 de mayo de 2022

Vaciar los armarios



Escribió Tolstói en ese principio memorable de Anna Karénina que «todas las familias felices se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera». La frase podría ser un excelente resumen de Vaciar los armarios, una novela que se lee con gran placer.

Vaciar los armarios es una saga familiar que se despliega en seis generaciones y con unos personajes femeninos muy poderosos. Marina, la narradora, es la segunda de nueve hermanos y en un largo relato va haciendo la crónica de lo que ha sido su familia. Seis generaciones dan para mucho y la narración se funde con la historia de este país a lo largo de casi un siglo, desde los años treinta hasta el final del siglo XX.

A esta familia, como a cualquiera, le ha pasado de todo: muchas cosas buenas y muchas cosas malas, alegrías y decepciones, enfados y reconciliaciones. En el centro, como un núcleo que ejerce una intensa fuerza de atracción sobre sus hijos, se erige una madre con mucho carácter (y muy mal genio).

La voz de Marina es tan natural que parece que estemos escuchando a alguien de nuestra propia familia contarnos viejas historias en la intimidad. Empieza recordando su niñez en una casa pequeñísima situada dentro del hospital donde su padre trabajaba como bedel; el chiscón donde la abuela viuda tiene que vivir con lo mínimo durante la guerra, tras haberlo perdido todo; el tío encarcelado por sus ideas políticas; la novela continua con los paseos de las muchachas cogidas del brazo los días de fiesta; las mudanzas que dejan atrás parte de una vida…

El tiempo avanza y en la familia cada uno vive los cambios que se producen a su manera. Los hijos crecen y crean nuevas familias y con la llegada de los nuevos miembros, el equilibrio de los afectos debe recomponerse. El cariño que se tienen (un cariño que no siempre se muestra de forma evidente) se hará más intenso en algunos casos, mientras en otros se diluirá hasta convertirse en un residuo. De uno u otro modo, con mayor o menor acierto, todos seguirán adelante con sus vidas.

Si la trama de la novela engancha desde la primera página, también lo hace la prosa de Rodolfo Notivol: limpia, despojada de todo adorno, brillante en la narración. Vaciar los armarios es una novela que se disfruta de principio a fin y que nos hace echar la vista atrás y repasar la historia de nuestra propia familia con una mezcla de pudor y melancolía.






No hay comentarios:

Publicar un comentario