miércoles, 9 de julio de 2014

Eugenia de Montijo

María Eugenia Palafox Portocarrero y Kirkpatrick, condesa de Teba, más conocida como Eugenia de Montijo (Granada, 5 de mayo de 1826 -Madrid, 11 de julio de 1920) fue emperatriz consorte de los franceses como esposa de Napoleón III.


Eugenia pasó en Granada los cuatro primeros años de su vida, para después trasladarse con su familia a Madrid. Su padre había sido partidario de Napoleón, de ideas liberales por lo que fue recluído en Granada sin poder volver durante tiempo a Madrid.


 No obstante, siguió ligada a su tierra natal. Durante su juventud, visitaba la ciudad con su padre, al que acompañaba en sus largos paseos a caballo, durmiendo al sereno o pasando la noche entre los gitanos, por cuya cultura se sintió fascinada. Asimismo, pasó largas temporadas con su madre en Lanjarón.


El 16 de marzo de 1856, Eugenia dio a luz a su único hijo, Luis Napoleón, que recibió el título de Príncipe Imperial. Gracias a su belleza y elegancia, Eugenia contribuyó de forma destacada al encanto que desprendía el régimen imperial. Su forma de vestir era alabada e imitada en toda Europa. Su interés por la vida de la reina María Antonieta expandió la moda neoclásica, estilo muy popular durante el reinado de Luis XVI. Fue la persona con más condecoraciones de toda Francia, con 20 condecoraciones y títulos nobiliarios.

Eugenia era una mujer educada e inteligente. Después del nacimiento de su hijo, el príncipe imperial, Eugenia decidió tomar parte activa en la política del Segundo Imperio. Ferviente católica, se opuso a la política de su marido en lo tocante a Italia, y defendió los poderes y prerrogativas del Papa en dicho país. Desempeñó la regencia del imperio en tres ocasiones: durante las campañas de Italia en 1859; durante una visita de su marido a Argelia en1865 y en los últimos momentos del Segundo Imperio, ya en 1870.


No fue aceptada en la corte francesa donde la llamaban “la española”, se sintió sola, soportando las continuas infidelidades de su marido.

Su hermana, Paca, se casó con el Duque de Alba, por lo que se convirtió en duquesa, murió en Paris, donde fue buscando un médico experto.

Su ahijada fue la reina de España Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII y nieta de la reina Victoria de Inglaterra.

Puso de moda las vacaciones en Biarritz
En 1869 la emperatriz Eugenia asistió a la inauguración del canal de Suez, construido por su pariente lejano Fernando de Lesseps. Asimismo, apoyó las investigaciones de Louis Pasteur, que acabarían en la vacuna contra la rabia.

Tras la caída del Segundo Imperio Francés, la familia se exilió a Inglaterra, donde mantuvo una estrecha relación de amistad con la reina Victoria
Relacionada genealógicamente con la Casa de Alba, se alojó ocasionalmente en el palacio de Liria de Madrid, en su Quinta de Carabanchel y en el palacio de Dueñas de Sevilla. Algunas de sus pertenencias, como pinturas y muebles, pasaron a manos de los Alba, como un retrato suyo pintado por Winterhalter y otro de Goya, La marquesa de Lazán.



La ex emperatriz murió a las ocho y media de la mañana del 11 de julio de 1920 a los 94 años en el Palacio de Liria (Madrid), durante una de sus visitas a España.

Inmediatamente su cuerpo fue trasladado en tren a París, acompañado por una comitiva que incluía al duque de Alba, el duque de Peñaranda, las duquesas de Tamames y Santoña y el conde de Teba. El féretro fue recibido en la estación de Austerlitz por los príncipes Murat, el Embajador de España y miembros de la nobleza francesa y española que le rindieron homenaje.  La emperatriz fue enterrada en la cripta imperial de la Abadía de Saint Michael en Farnborough (Inglaterra), al lado de su esposo y de su hijo, que había fallecido en África.




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