miércoles, 9 de julio de 2014

Reinas malditas




Las vidas de estas reinas distan mucho de ser un romántico cuento hadas.



Aunque infinidad de películas y novelas nos han mostrado el rosto más amable de su reinado, fueron, en general, muy desdichadas. 



Todas tienen en común la soledad, el desarraigo, la nostalgia, la falta de amor o el sufrimiento por no poder dar un herede ro al trono.




Cristina de Suecia



También comparten la dolorosa pérdida de sus hijos, los fracasos matrimoniales y el sentirse  extranjeras en una corte donde no eran bien recibidas. Las suyas no fueron grandes historias de amor porque sus matrimonios eran asuntos de Estado.




Sissí emperatriz
Algunas como Sissi fueron emperatrices en contra de su voluntad y enfermaron de melancolía, otras como Cristina de Suecia  escandalizaron con su extravagante comportamiento y ansias de libertad. María Antonieta y Alejandra  Romanov  comparten un trágico final, mientras que la reina Victoria de Inglaterra y Eugenia de Montijo  asumieron con extraordinaria dignidad su papel en momentos difíciles.




Victoria, reina de Inglaterra



A través de sus diarios personales y cartas familiares, Cristina Morató nos descubre el lado más humano y menos conocido de unas reinas y emperatrices  maltratadas por la historia, que no pudieron elegir su destino.








María Antonieta, reina de Francia

Excéntricas, caprichosas, rebeldes, ambiciosas Más allá de un mundo de privilegios, riqueza y poder, todas fueron mujeres de carne y hueso obligadas a llevar sobre sus hombros la pesada carga de un imperio.





Alexandra, última zarina
Eugenia de Montijo,
emperatriz de Francia







La corona de Francia es una corona de espinas. Eugenia de Montijo, emperatriz de los franceses. 

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